Crisis en el sector: General Motors sigue despidiendo empleados
Por Enrique Kogan
General Motors está despidiendo a más de 1.000 empleados asalariados a nivel mundial en su división de software y servicios luego de una revisión para agilizar las operaciones de la unidad.
Los despidos, incluidos aproximadamente 600 empleos en el campus tecnológico de GM cerca de Detroit, se producen menos de seis meses después de los cambios de liderazgo que supervisan las operaciones, incluido el ex ejecutivo de Apple Mike Abbott que dejó el fabricante de automóviles después de menos de un año en marzo debido a razones de salud.
Los despidos representan aproximadamente el 1,3% de la fuerza laboral asalariada global de la compañía de 76.000 a fines del año pasado. Eso incluía a unos 53.000 empleados asalariados estadounidenses.
Los despidos de General Motors parecen benignos, excepto para las personas despedidas. Se trataba de trabajadores de cuello blanco, muchos de los cuales trabajaban en el desarrollo de software, no personas de la planta de producción.
GM dijo que, después de sus acuerdos con la UAW, necesitan recortar costos. Además, los despidos parecen indicar que la dirección de GM cree que puede funcionar de forma más eficiente.
Un portavoz de GM dijo en una declaración enviada por correo electrónico:
“A medida que construimos el futuro de GM, debemos simplificar para lograr velocidad y excelencia, tomar decisiones audaces y priorizar las inversiones que tendrán el mayor impacto”. La declaración de GM no significa casi nada.
La industria automotriz se enfrenta a realidades. La primera es que las decenas de miles de millones de dólares pagados para ingresar al negocio de vehículos eléctricos (VE) no darán frutos, tal vez durante años.
Ford vende unos pocos miles de VE al mes y todavía se considera la segunda empresa de VE en los Estados Unidos después de Tesla. Sin embargo, las ganancias se ven socavadas por las pérdidas en estas operaciones de VE.
GM no puede superar el hecho de que las ventas de VE están en gran medida fuera de su control. Toda la industria se ha desacelerado e incluso las ventas de Tesla han flaqueado. Los consumidores siguen preocupándose por la autonomía de conducción, la falta de cargadores y los altos precios de los VE.
La segunda realidad es que el UAW ha perjudicado gravemente a las empresas en el resultado final. Se estima que el contrato le costará más de 8.000 millones de dólares a lo largo de su vigencia. Se trata de costes fijos que no puede eludir.
Los despidos de empleados administrativos suelen ser una señal de que las empresas pueden hacer más con menos. También son una señal de problemas.
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