Un tiempo de esperanza y bendiciones de Pascua

El amor del Papa Francisco por los niños y su compromiso con los padres como el primer maestro de sus hijos deben ser recordados esta semana mientras el mundo llora su fallecimiento. "Nada vale más que la vida de un niño", dijo una vez.
Como informó la Fundación Thomas B. Fordham a partir de sus escritos en 2016:
"La elección de la educación es un derecho fundamental de los padres 'del que nadie puede pretender privarlos', lo que significa que el Estado no debe negar a los padres el derecho a elegir la trayectoria educativa de sus hijos, ya sea pública o privada, independientemente de sus medios económicos.
"Francisco pide al Estado que ofrezca oportunidades educativas a todas las familias, pero subraya que 'los padres mismos gozan del derecho a elegir libremente el tipo de educación, accesible y de buena calidad, que desean dar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones'" (párrafo ochenta y cuatro).
Incluso aquellos que pueden haber estado en desacuerdo con sus enseñanzas, o que adoran de diferentes maneras, reconocen su profunda compasión por los pobres, por los niños y por la igualdad de oportunidades. Son valores que nos deben guiar para siempre.
Que su luz brille sobre el Papa Francisco y sobre todos aquellos por los que oró.
ENGLISH:
A Time of Hope and Easter Blessings
Pope Francis’ love of children, and his commitment to parents as their child’s first teacher should be remembered this week as the world mourns his passing. “Nothing is worth more than the life of a child,” he once said.
As the Thomas B. Fordham Foundation reported from his writings in 2016:
“Choice in education is a fundamental right of parents ‘of which no one may claim to deprive them’—meaning the state must not deny parents the right to select their children’s educational path, be it public or private, regardless of their financial means.
“Francis calls upon the state to provide educational opportunities for all families, but he emphasizes that ‘parents themselves enjoy the right to freely choose the kind of education—accessible and of good quality—which they wish to give their children in accordance with their convictions’” (paragraph eighty-four).
Even those who may have disagreed with his teachings—or who worship in different ways—recognize his deep compassion for the poor, for children, and for equal opportunity. These are values that should forever guide us.
Let His light shine on Papa Francesco and all for whom he prayed.
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